En una vida anterior fui encargada de un videoclub en Ciudad Juárez, actriz de teatro: bolero, ángel, diabla, preciosa ridícula, cantante, abogada, mujer fatal, vividora, loca, desahuciada, princesa, bruja, rata bailarina, niña, niño, tortuga, anciana…; modelo, ayudante de un mago y faquir, vendedora de amuletos cósmicos en ferias del pueblo, vendedora de tiempos compartidos, asistente de un psiquiatra bebedor, mesera con escote amplio, telefonista de call-center, paseadora de perros, guionista, correctora de estilo, redactora publicitaria y estratega de contenidos web. Ahora vivo reencarnada en mí.
El contador de historias
He visto muchos regalos que no fueron hechos para mí, que me han pasado por enfrente y eso ha bastado para que me…
Luz de noche
Voy a encontrarme con un yo que no sé cuándo perdí. Espero aún esa epifanía que ilumina a kilómetros de distancia entre nubes…
In memoriam
A pesar de lo que dice aquella placa, Fernando Rabadán murió sobre una cama de hospital en compañía de Norberto, el único de…
El frío loop
Carlos era hijo de forense primo de periquero y cuñado de pornógrafo. Jamás hizo nada sin supervisión de su hermano el cocinero y…