El sol brillaba en todo su esplendor iluminando con sus rayos el jardín. El aire era caliente y los insectos zumbaban acompañando el cuadro más triste: aquél grupo de margaritas que lloraban desconsoladas mirando hacia la verde hierba. Sus lágrimas caían sobre su compañera degollada. Una margarita que recién había abierto sus pétalos miraba sin comprender.
̶ Pero… ¿qué le sucedió? ̶ preguntó desconcertada.
̶ Nada en especial ̶ respondió una de las flores de más edad ̶ simplemente es otra víctima de la incertidumbre del amor.
