Skip to content

La libertad de siempre

Creo que he pensado más de lo debido y razonable, más de lo recomendado por mi médico y más de lo que mi experiencia advierte. El problema no se desprende del significado que le doy a lo que pienso, en este caso es un asunto meramente cuantitativo: ideas aladas que se yerguen como amenaza: demasiadas: promesas aciagas:  palabras que penetran mi frente: pensamiento: hoy me mato: bienvenido el viento: mañana muero: quiero existir: luego pensar: sólo eso.

Y blandir la espada sobre el vientre: descubrir entonces que la cicuta soy yo.

 

Escritora. «Larga y ardua es la enseñanza por medio de la teoría, corta y eficaz por medio del ejemplo.» –Anónimo

Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Religiosa

Carnada

Suceden de noche: el hambre y —sobre todo— los apetitos. Un aroma acre se agolpa en la nariz con reclamos de atención silvestre,…

Compañía

Espíritu

Ahí está, detrás de ti. A veces salta por tu nuca al hombro y regresa para saber quién más te vigila. Camina a…

Volver arriba