Skip to content

I think I’m paranoid

Me devoran todas las miradas que se adueñan de mi tiempo.
Los azulejos quebrados rebuscan entre el frío
los restos que mi piel ha repartido en el viento.

Las horas huecas que se esconden en mis labios
parten y transcriben caricias ausentes de tu boca.

Transparente e inmóvil permanezco ahogada en los inciensos.

Las violetas han dejado los espejos y mis ojos respiran agua del suelo,
donde tus pasos dibujados se van borrando y huyen,
desapareciendo con ellos mis anhelos.

Rotas las figuras, me rechazan las palabras.
No me quedan los murmullos y se me acaba el tiempo.

Ya no puedo (quiero) ser recuerdo y continúo pintando lágrimas
en las heridas que rasco con los dedos.

Loading
Escritora. Bruja de oficio, cocinera de palabras por accidente. Cambio de color todo el tiempo porque no me gusta el gris, un poco sí el negro, pero nada como un puñado de crayolas para ponerle matiz al papel. A veces escribo porque no sé cómo más decir las cosas, a veces pinto porque no sé como escribir lo que estoy pensando, pero siempre o casi siempre me visto de algún modo especial para despistar al enemigo. Me gusta hablar y aunque no me gusta mucho la gente, siempre encuentro algún modo de pasar bien el tiempo rodeada de toda clase de especies. El trabajo me apasiona, los lápices de madera No. 2 también; conocer lugares me fascina y comer rico me pone muy feliz. Vivo de las palabras, del Internet y de levantarme todas las mañanas para seguir una rutina que espero algún día pueda romper para irme a vivir a la playa, tomar bloody marys con sombrillita y ponerme al sol hasta que me arda la conciencia. Por el momento vivo enamorada y no conozco otro lugar mejor. El latte caliente, una caja de camellos, una coca cola fría por la tarde, si se puede coca cola todo el día, y un beso antes de dormir son mi receta favorita para sonreír cuando incluso el color más brillante se ve gris. La Avinchuela mágica.
Tras ganar su primer premio en efectivo, cambiarlo por brandy y cerveza y beberlos con sus rivales, descubrió su pasión por las letras y que la sopa en realidad sí es un buen alimento ...
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Olvídate de todo

Espíritu

«Lo primero que hay que hacer es dejarse de bobadas», me dijo mi madre cuando cumplí 7 años. «Olvídate de que las hadas…

Volver arriba