Nunca he estado feliz, nada me embona ni me acomoda. Aquella noche estaba triste, tan triste que todo a mi alrededor apestaba, las flores caían, el aire pesaba, la lluvia era caliente mientras un perro, observando mi tragedia, en lo alto de una casa se suicidaba. Caminaba y me repetía a mí mismo y decía: mí mismo, tienes que ser fuerte, valiente, aguerrido, porque ya has sido infeliz tantas veces que ahora no puedes escapar de su nido. Siempre tuve un instinto animal, de niño comía pedazos de carne cruda para sentir el frío de la muerte, pero esa noche no pude, no lo tuve y me arrepiento de haberlo pensado, porque hay cosas que no se piensan, se hacen y listo. Esa noche marcó mi camino.
Soñador. Escritor con los ojos abiertos. Mirada en la espalda. Aprendió a vivir las calles, los buenos tacos y el sudor de las mujeres. México es un puñal clavado en su espalda.
Ilustrador con influencias visiblemente psicodélicas, (corriente que tiene sus orígenes en los años 60’s) y el género musical derivado de ésta, Nashi Bimek se define como un pintor con proyecto e identidad autodidacta. Considera que dichas corrientes impulsaron la necesidad de una búsqueda de identidad y la conciencia. Por ello, optó por redireccionar su atención sobre culturas prehispánicas y contemporáneas, como lo es la cultura Wixárica (huichol), con la cual retoma la forma tradicional de percibir el mundo, el entorno y su cosmogonía mediante rituales e ingestión de plantas de poder.
Sapo verde tu yu
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