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La última bala fue la que nos mató

Recuerdo que cuando llegabas a casa nos poníamos a jugar.

Recuerdo que me gustaba el sonido del láser partiendo las paredes
y yo esquivaba las balas para no dañar la porcelana.

De pronto, recuerdo que el juego nos aburrió.
Y me quedé parada… me miraste…

… disparaste…

Me desvanecí.
Tus ojos como pólvora me atravesaron.
Mi cuerpo partido en dos

… corría la sangre…

Y dos segundos antes de cerrar los ojos pensé:

“Quiero regresar al día en que sabíamos

que jugar era divertido.”

 

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Escritora. Bruja de oficio, cocinera de palabras por accidente. Cambio de color todo el tiempo porque no me gusta el gris, un poco sí el negro, pero nada como un puñado de crayolas para ponerle matiz al papel. A veces escribo porque no sé cómo más decir las cosas, a veces pinto porque no sé como escribir lo que estoy pensando, pero siempre o casi siempre me visto de algún modo especial para despistar al enemigo. Me gusta hablar y aunque no me gusta mucho la gente, siempre encuentro algún modo de pasar bien el tiempo rodeada de toda clase de especies. El trabajo me apasiona, los lápices de madera No. 2 también; conocer lugares me fascina y comer rico me pone muy feliz. Vivo de las palabras, del Internet y de levantarme todas las mañanas para seguir una rutina que espero algún día pueda romper para irme a vivir a la playa, tomar bloody marys con sombrillita y ponerme al sol hasta que me arda la conciencia. Por el momento vivo enamorada y no conozco otro lugar mejor. El latte caliente, una caja de camellos, una coca cola fría por la tarde, si se puede coca cola todo el día, y un beso antes de dormir son mi receta favorita para sonreír cuando incluso el color más brillante se ve gris. La Avinchuela mágica.
Ilustrador. ¿Qué es Metralla? Cada vez nos vemos más inmersos en la necesidad de encontrar satisfacciones sensitivas de todo tipo. Nuestros sentidos son vulnerables a nuestro entorno, dependemos emocionalmente de satisfacciones estéticas de modo que el diseño crea categorías emocionales variables; en este sentido, Metrallo sugiere gráficas, imágenes o mensajes que estimulan nuestra voluntad perceptiva haciéndonos sensibles a sus especulaciones abstractas y a su imaginación, originando en cada individuo una percepción propia traducida en gustos y preferencias que crean hábitos llegando al subconsciente. En las calles se vive una experiencia propia, todo un viaje a través de una exposición permanente de imágenes que son las balas de la Metralla Gráfica indetenible.
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