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Lejos

Hay un hombre al que me gusta mirar. Lo encuentro casi siempre a la hora de la comida sentado en una de las bancas del parque que dan a la avenida. Extremadamente quieto, con la boca entreabierta y una sonrisa milimétrica, parece no inmutarse por la muerte de las palomas. Ahogado en sus pensamientos, recrea con la mirada una y otra vez la forma en que el cuello avícola se quiebra y los órganos se despiden del abdomen. Parece revivir cada vez que las aves bajan por la comida que les tira al medio de la calle.

Lo hace a propósito, sé que le gusta ver cómo mueren por su culpa. Le encanta sentirse culpable. Lo disfruta como nadie, en silencio y con una carcajada presa en el esternón.

Goza matando lo que vuela y viaja. Cree que de esa forma mata distancias.

 

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Tras ganar su primer premio en efectivo, cambiarlo por brandy y cerveza y beberlos con sus rivales, descubrió su pasión por las letras y que la sopa en realidad sí es un buen alimento ...

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No pares, ¡sigue leyendo!

Asimetría

Primero fue el texto

Lo que más le gustaba de ella era la ceguera, esa incapacidad de mirarlo de frente. Le gustaba aquel velo de sombras amarillas…

Escondite

Llamada

—Sí, estuvo tenaz. Daniel le tenía agarrada la mano cuando el Jonathan simplemente cerró los ojos y dejó de respirar. Y la ambulancia…

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