Skip to content

Mujer metrópoli

Eran otros tiempos, o quizá fue que yo era otra; ser vivo entre los vivos, llama fatua queriendo vivir a costa de lo que fuera.

Los días eran insuficientes, las noches demasiado cortas. Se trataba de nunca dormir para jamas tener que despertar.

Vivir sin sosiego edificios y calles, en coche o en metro, llena de ebriedad, colmada de fiebre por andar sin fin: quería conocer todos los callejones, brincar de todas las ventanas. Subir y bajar todas las escaleras, tocar y ser tocada por todos los cuerpos. Acabar con con el duelo de nacer.

¡No te detengas, no te detengas! ¡No pienses! Sigue, sigue hasta la próxima esquina y dóblala mil veces, siempre habrá una banqueta, un faro, un bar o un putero, una vecindad. Repítete hasta la locura: yo soy la ciudad, yo soy la ciudad, yo soy, yo soy, yo yo yo…

Loading

Escritora. «Larga y ardua es la enseñanza por medio de la teoría, corta y eficaz por medio del ejemplo.» –Anónimo

Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Magna

Espíritu

Ana camina entre la multitud enardecida hacia las puertas del Senado y, como si fuera una boda militar, todos le ceden el paso…

¿Por qué no te callas?

Primero fue la imagen

A veces siento que he vivido otras vidas Pero es sólo que me gusta pensar que no me limitan estas manos y esta…

Volver arriba