Deja la realidad de tus ojos colgada de un andamio con jirones de mi cuerpo.
Purifica la atmósfera con mi sangre petrificada, llora con el cursi corazón que te obsequié impreso en una realidad perfecta.
Dibújate imperfecto… entrégate al vacío de lo inesperado.
Deja de ver la realidad de tus ojos y ve con mis sueños cómo te observan mis huesos.
Deja la realidad a un lado. Levántame del sueño, que relativa estoy de pie.
Deja la realidad de tus ojos, engaño consciente son de mi ceguera, de la locura de perderme en tu cuerpo de materia inexistente.
Deja la realidad de tus ojos para aquellos que dicen estar tuertos, para aquellos que no te crean, para aquellos que dicen ver.
Deja la realidad de tus ojos, que mis párpados blancos te mostrarán la realidad que aún no entendemos.