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A piernas abiertas

Llovió hoy por la tarde y ya sabes cómo alborota eso el calor. Ha hecho tanto que en estos días no se puede hacer más que abrir las piernas y dejar que el aire corra ligero por debajo de la falda. El sudor se escurre en cada nuca una gota tras otra decantando humanidad. La piel es una membrana semipermeable, pienso en eso todo el tiempo. A diferencia de las ventanas, no se puede ver a través de la piel porque los poros son pozos de secretos. Si me asomara a los tuyos, vería tu oscuridad que es bastante notable a ojo de buen cubero. Sólo nos tanteamos. Nos tentamos. Nos hemos dicho lo que nos quisimos decir, por buenas costumbres. Nos hicimos casi todo lo que nos quisimos hacer. A veces es mejor sólo abrir las piernas y dejar que el calor se escurra cuesta arriba, sin palabras, sin futuro.

Escritora. Mar de nervios en esta carne contrahecha. Sentir, sentir, sentir. Y de ahí pensar. Y así decir. Y en todo eso vivir. Vivo colgada de la parte baja de la J en la palabra ojalá.

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