Llovió hoy por la tarde y ya sabes cómo alborota eso el calor. Ha hecho tanto que en estos días no se puede hacer más que abrir las piernas y dejar que el aire corra ligero por debajo de la falda. El sudor se escurre en cada nuca una gota tras otra decantando humanidad. La piel es una membrana semipermeable, pienso en eso todo el tiempo. A diferencia de las ventanas, no se puede ver a través de la piel porque los poros son pozos de secretos. Si me asomara a los tuyos, vería tu oscuridad que es bastante notable a ojo de buen cubero. Sólo nos tanteamos. Nos tentamos. Nos hemos dicho lo que nos quisimos decir, por buenas costumbres. Nos hicimos casi todo lo que nos quisimos hacer. A veces es mejor sólo abrir las piernas y dejar que el calor se escurra cuesta arriba, sin palabras, sin futuro.
Escritora. Mar de nervios en esta carne contrahecha. Sentir, sentir, sentir. Y de ahí pensar. Y así decir. Y en todo eso vivir. Vivo colgada de la parte baja de la J en la palabra ojalá.
Yo me pregunto ¿por qué me pasa?
Echo de menos tus saltos y ladridos y casi por nada hoy vengo a afligirme. Veo que pasas la vida mordiendo, mirándome como…
Perro con collar de perlas
Supongo que aún te cuesta algo de trabajo caminar con esos tacones, pero te sienta muy bien la comodidad de ese collar de…
Clamavi ad te
En torno, los árboles –formados en pelotón que perderá todas las batallas– se yerguen tejiendo un firmamento, uno que nos arropa. Bajo las…
El dios de la cueva
Me invitó al camerino. "¿Du yu guana guet jai?", ji sed luego de arremangarse la camisa satinada y negra y de enjuagarse el…