Skip to content

Potente

Hay momentos cuando el cosmos se detiene y se calman sin obstinación las aguas eternas de la existencia y la brisa húmeda de la vida corta su aliento y toda partícula, todo átomo, toda mirada, todo pelo queda en suspensión; la materia de la realidad queda flotando en algún intervalo de tu vida, en algún segmento infinitesimal quedan flotando los fotones como peras al viento tibio y sabés que nunca vas a olvidar ese momento de tu historia, cuando el ardor con que quema la luz de los millones de soles del universo dejó de quemar los minutos para vos.

Y es esa certeza, la de haber detenido esa expansión descomunal, la que te hará seguir, la que te hará continuar en este vértigo orgásmico con la risa bajo los párpados, con la boca dispuesta a oír los susurros recios del universo.

Loading
Escritor/Ilustrador. Diseñador gráfico alma vendida, hedonista de bolsillo vacío, activista de la pereza y los vicios solitarios, nacido en tierra de nadie Santiago de Cali, prosperó en la vida alegre y fue criado en modo experimental, casi como un hámster de ritmos tropicales, con la ternura y los dientes necesarios para dar un par de puñaladas de cariño y el justo pelito afelpado de la embriaguez. Cree que el juicio es una trampa, la cerveza es una dicha y el humor confunde al tiempo; cree que el dinero es para los amigos, los genitales para el viento tibio y un vaso de licor con hielos para mantener el equilibrio en cualquier ocasión que valga la pena. Dibuja desde siempre, con disciplina de borracho -tinta y mugre- y nunca termina nada, no sabe de finales ni de principios ni de la ciencia exacta del éxito. Pero sabe caminar por ahí, encontrando compinches que han iluminado las vueltas de su vida, y le escuchan sus teorías de viejo impertinente, iconoclasta y prostático, a cambio del poco tiempo que nos queda. Amén.
Estudia la carrera en Artes Visuales en la FAD. UNAM y al terminar el Diplomado en Ilustración en la Academia de San Carlos, se dedica a esta labor.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Las batallas

Infancia

Solía tener la carcajada ágil; aunque reservado, solía ser un niño alegre, el raro que prefería dibujar a jugar futbol. Inventé diez o…

Cada noche es una aventura en mi ciudad

Ciudad

Mientras camino por la banqueta me doy cuenta de que alguien me sigue. Trato de aflojar el auricular que traigo puesto ­­(siempre el…

Volver arriba