Las piedras, la tierra suelta y fresca, los árboles y sus raíces de granito, los brotes apenas anunciados, las tortuosidades de los ríos; plumas olvidadas en el hueco de un tronco, huesos y dientes amarillos de tiempo, pieles resecas y polvo, las llamadas a mitad de la noche, las historias de luces tenues; la ira bullente, el desprecio, las tristezas, esa esperanza, su sonrisa, la mirada luminosa: todo lo sólido se desvanece en el aire.
Escritor. Lugar común: perfil obsesivo compulsivo, pero es cierto y útil en producción editorial. Editor, traductor, corrector de estilo.
Ilustrador. De manera que el único remedio, en espera de que llegue el asalto final, es volver la mirada a lo extraordinario, lo único que todavía nos puede salvar. –Walter Benjamin
¿Conectamos?
Un galán de mente un poco antigua buscaba algo de marcha: tragos, música moderna y una linda chica para bailar. Dos pares de…
El límite de lo incierto
No los mires. Guarda el espejo y finge que has encontrado un desperfecto en tus manos. Las ves y recuerdas que nunca has…
Ostentando
Qué rico te suenan las caderas, qué bueno es sentir el gong de tus tetas en mi pecho. Ese aliento a alcohol tan…
Quizá en un tiempo, en una estación
Pudo haber un lugar perdido dentro de toda la extensión de Europa donde una mujer esperara a un hombre; lo más probable es…