Las piedras, la tierra suelta y fresca, los árboles y sus raíces de granito, los brotes apenas anunciados, las tortuosidades de los ríos; plumas olvidadas en el hueco de un tronco, huesos y dientes amarillos de tiempo, pieles resecas y polvo, las llamadas a mitad de la noche, las historias de luces tenues; la ira bullente, el desprecio, las tristezas, esa esperanza, su sonrisa, la mirada luminosa: todo lo sólido se desvanece en el aire.
Escritor. Lugar común: perfil obsesivo compulsivo, pero es cierto y útil en producción editorial. Editor, traductor, corrector de estilo.
Ilustrador. De manera que el único remedio, en espera de que llegue el asalto final, es volver la mirada a lo extraordinario, lo único que todavía nos puede salvar. –Walter Benjamin
Esta noche quiero que cierres los ojos
Apaga la luz, vamos a escondernos entre las sombras para arrancarnos la piel y tocarnos uno a uno los músculos del cuerpo. Vamos…
Ejercicio narrativo #2 – El silencio inducido
¿Alguna vez has torturado a alguien?, me pregunta un hombre al que jamás he visto. Se vuelve más fácil con el tiempo. Incluso…