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Sátiro

1.
Él es sin duda el hombre más bello que he visto. Alto, moreno, cabello negro ondulado, ojos azules que contrastan fuertemente con su piel. La nariz recta de estatua griega. El rostro fino pero con las facciones marcadas. Una quijada fuerte. El cuerpo alargado, de brazos musculosos y un cuello largo como de cisne. El hombre dispuesto a la danza. Su cuerpo capaz de hacer latir mi corazón en una revolución.

2.
Tiene una obsesión con bañarse. Es un pez. Despierto a su lado fascinada. Me acomodo en el hueco de su espalda desnuda. Siento la tersura de su piel, el calor y el sudor. Él me besa, sonríe. Como cada mañana, me toma entre sus brazos, me carga y me lleva a la regadera. Nos bañamos juntos dos o tres veces al día. Dice que con ese hechizo pronto seré sirena.

3.
Lo conocí en el bosque. Un río al que iba nadar seguido. Me sorprendió bajo el árbol, desnuda. Flores. El mundo ese día se llenó de margaritas, nardos, tulipanes.

4.
Como parte de nuestros rituales y de la revelación de los misterios, vamos cada fin de semana a bailar danzón. Acurrucada en su pecho sigo los pasos muy de cerca. No quiero perderme un instante de lo que su calor emana. Una de sus manos reposa segura en la cuna que se crea en mi espalda. A veces con un coqueteo sobrio, que no es propio de su humor, esa mano baja despacio para tocar el principio de mi glúteo. Yo sudo y él se complace con que aun después de los años y sus heridas yo lo ame.

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Ilustradora. Conejo con disfraz humano; el disfraz se dedica a comer, dormir y cagar. Como actividad extracurricular hace teatro, danza, yoga, escribe y pinta… Pero el conejo Randy sólo tiene dos preocupaciones en la vida: que no se acabe el agua y que no se extingan las abejas. Por lo demás, sabe del apocalipsis venidero y lo toma con la mejor filosofía taoísta: aprender a desaprender, guardar silencio y esperar.
Ilustrador. En el mundo de la ilustración me conocen como Carry. Soy diseñador gráfico e ilustrador; desde muy pequeño tenía el gusto por dibujar y hacer todo tipo de ilustraciones en las paredes, cuadernos y todo en lo que pudiera pintar o rayar. Mi primer acercamiento formal con la ilustración profesional fue al conocer a un ilustrador en una convención de lucha libre y ver cómo hacía sus personajes. Desde ahí empecé a hacer ilustraciones más formales y con mayor calidad. Gracias a esto me fui abriendo camino y comencé a tener un poco de renombre en el ámbito al poder participar con algunas revistas, ser finalista en algunos concursos y ganar en uno. Actualmente trabajo en una agencia de publicidad como ilustrador y hago freelance. La mayor parte de mis ilustraciones son graciosas, coloridas y con algunas frases para amarrar el chiste. Mi proceso de ilustración es, primero y más importante, sacar una idea o chiste, bocetar y de ahí ya veo qué técnica puede ser la adecuada para que termine bien.
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