En la Historia natural del Hombre-lobo de Kiesklowski consta, entre muchas otras igualmente curiosas, la historia de un licántropo moderno parcialmente domesticado por un tal Dr. Larssen en la década de los 30 en la ciudad de Nueva York, el cual, según los documentos publicados en dicho volumen, respondía al nombre de Alexander Fincher en su forma humana, y a los de Alex y Buddy una vez transformado. Una de las ideas más interesantes que se muestran en este apartado es, en palabras del doctor, que “no era lógico pero tal vez sí consecuente que Alexander comenzara a presentar brotes psicóticos una vez que se iniciara el proceso de domesticación. A la mañana siguiente de que Buddy aprendiera a dar la pata, Alexander mordió la mano de su enfermera cuando esta quiso retirarle los platos y, por supuesto, no recordaba nada de ello minutos después del incidente”. Este proceso, aunque largo e incómodo para el equipo de trabajo, resultó bastante satisfactorio para el Dr. Larssen pues, a pesar de los problemas que presentaba Alexander para conducirse en sociedad adecuadamente dado su nuevo carácter agresivo e irracional, sus mordeduras no diseminaron su condición licantrópica y, por su parte, Larssen pudo enseñar una gran cantidad de trucos a Buddy. Pero lo más peculiar del caso según los documentos y el propio Kiesklowski es que, dado este cambio en el comportamiento de ambos, “aquel Hombre-lobo que se temía monstruoso fue renombrado popularmente como Perro-hijo de puta, mote que aparentemente, de tan común entre las personas, lo confinó al olvido”.