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3:57 a.m.

Una oscuridad húmeda como de tango, de triste y noble cuchillo tramontina y de ropa complicada: negros paños inmemoriales olorosos a aceite viejo y la respiración quemándome en la garganta, la sangre calentada, febril, la mirada de muerte, el sombrero perdido para siempre, una herida nueva y otro bar al que no volvería a entrar. Por supuesto, llovía.

Necesité caminar a través de muchas cuadras desoladas cortejando a la oscuridad, a través de muchos postes de luz cansados de cargar tanto cartel tanto cable tanto pájaro sucio. Crucé cientos de alcantarillas llenas de vida: tal vez un perro pequeño o una rata o un insecto inmemorial, no sé, no sé cuántas calles inundadas de carros como cadáveres como tristes tumbas con ventanitas, no sé.

Finalmente apenas escampó encontré un lugar donde refugiarme; guiado por su única luz entré a otro bar, a uno muy distinto del que había salido, y con lo poco de vida que quedaba en mi cuerpo ordené un whisky doble, cierto tango que me enseñó mi padre y la compañía de la mesera.

El efecto del veneno era evidente, era evidente que aquel último trago, aquel último bar aquel ultimo sudor frío no lograban la atención de nadie, tan solo yo atendía gratamente lo que sería mi último momento.

 

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Escritor/Ilustrador. Diseñador gráfico alma vendida, hedonista de bolsillo vacío, activista de la pereza y los vicios solitarios, nacido en tierra de nadie Santiago de Cali, prosperó en la vida alegre y fue criado en modo experimental, casi como un hámster de ritmos tropicales, con la ternura y los dientes necesarios para dar un par de puñaladas de cariño y el justo pelito afelpado de la embriaguez. Cree que el juicio es una trampa, la cerveza es una dicha y el humor confunde al tiempo; cree que el dinero es para los amigos, los genitales para el viento tibio y un vaso de licor con hielos para mantener el equilibrio en cualquier ocasión que valga la pena. Dibuja desde siempre, con disciplina de borracho -tinta y mugre- y nunca termina nada, no sabe de finales ni de principios ni de la ciencia exacta del éxito. Pero sabe caminar por ahí, encontrando compinches que han iluminado las vueltas de su vida, y le escuchan sus teorías de viejo impertinente, iconoclasta y prostático, a cambio del poco tiempo que nos queda. Amén.
Ilustradora. Silvana Ávila, aka Miss Tutsi Pop, no es una cosa ni una categoría, al parecer es un verbo, un proceso en evolución, una función integral del universo.
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