Skip to content

Obnubilante

Tengo un cigarrillo en el corazón, de filtro quemado y aspiración disuelta. Rasgado a la mitad no sé en qué lugar quedó mi alma. Bajo las uñas cien letras entierran sus colmillos, dentro de las venas las palabras se llenan de alquitrán.

Estoy en ningún lado, distante dentro de mi cuerpo, mutilado en el tiempo. No puedo sentir mis zapatos, no puedo callar mis oídos, no puedo leer mi obituario.

Perezco, y sigo tan vivo que la inédita existencia me filtra entre las grietas del cemento.

Ilustraciones alternativas (finalistas de la convocatoria):

Loading
Daniel Fortiz

Tras ganar su primer premio en efectivo, cambiarlo por brandy y cerveza y beberlos con sus rivales, descubrió su pasión por las letras y que la sopa en realidad sí es un buen alimento ...

Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

La pared sigue en pie

Ciudad

Me quité la camisa más temprano hoy. Sólo quería llegar a casa y empezar a descansar del maldito día, de sus estúpidas horas…

El cuarto del pintor

Vergüenza

Lo que sucede, pasa en el cuarto del pintor. Las arrugas ciñen el cuerpo de la modelo y los perros se hacen tersos…

Volver arriba