Skip to content

El momento oportuno

Hay un tiempo para comer y un tiempo para beber, un tiempo para trabajar y un tiempo para descansar. Hay un tiempo para estar ahí, aquí, y un tiempo para recordar.

Hay, sobre todo, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse, para hundirse, para sublimarse, para comprimirse, para apretarse, para dejarse ir. Hay un tiempo para hacernos los unos de los otros, para someternos, para domesticarnos y para agradecernos. Para encontrar la felicidad en el esfuerzo bajo el sol.

Hay también un tiempo para buscar y un tiempo para perder.

Hay un tiempo para demoler y un tiempo para construir, un tiempo para matar y un tiempo para curar. Hay un tiempo para dedicar todas las potencias y la ira y la sed y las uñas a un corazón dulce.

Hay tantas maneras de cavar una tumba, pero prefiero dragar la apatía.

Loading
Escritor. Lugar común: perfil obsesivo compulsivo, pero es cierto y útil en producción editorial. Editor, traductor, corrector de estilo.
Ilustradora. Originaria del D.F., estudié Arte en Cuernavaca, aunque dibujo desde siempre. Ni de aquí ni de allá, soñadora e imaginante.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Autocomplot

Sorpresa

Me gustaba despertar por las mañanas en la cama de mi abuelita, escuchar el fonógrafo y permanecer acostada hasta que el sol acariciaba…

Con su abrigo de señor correcto

Vergüenza

Mauricio era un tipo respetable. La gente respetable no se equivoca. ¿Qué hay de respetable en el error? No, no, no. El caso…

Volver arriba