¿Me amarías tanto hasta que se te duerman las manos y sientas que no volverás a sentir nada más que no sea mi mano tomando la tuya, apretándola fuerte hasta que no haya presión y deje de latir tu corazón?
¿Me amarías tanto hasta que tus ojos se sequen de tanto mirarme sin parpadear, incluso hasta perder la vista para reconocerme tan sólo con la energía de mi presencia?
¿Me amarías tanto que tu aparato nervioso sucumbiera con solo posar tu boca sobre la mía sin darnos un beso, sólo rozando nuestros labios, aspirando nuestro aliento como si no hubiera más oxígeno para respirar?
¿Me amarías tanto así? ¿Me amarías siquiera?
Yo a ti sí; yo te amaría todo el tiempo aun sin cuerpo, sin alma, sin cerebro. Con todos los bordes de mi médula espinal, soportando cada impulso sin medida, sin pudor; sin temor me arriesgaría a tus defectos.
Te amaría imperfecto, con todas tus historias y las cicatrices de tu cuerpo; crudo, anómalo, pero encantador.
Te amaría tanto así.
Te amaría mucho y con todo mi amor te haría perfecto.