El papel es nómada cuando anda suelto: a veces va a donde quiere, a veces no. A veces viaja donde el aire lo lleve. La carne es pesada, dura, difícil de mover, y así yo me quedo siempre en sitios que no son más que estancias estáticas, viendo el aire pasar en direcciones contrarias a la permanencia. Quítame los huesos Dios. Hazme leve como la hoja. Déjame volar y que el viento rebelde me monte en su anárquico paseo.
Adan Brontis
Soñador. Escritor con los ojos abiertos. Mirada en la espalda. Aprendió a vivir las calles, los buenos tacos y el sudor de las mujeres. México es un puñal clavado en su espalda.
In memoriam
A pesar de lo que dice aquella placa, Fernando Rabadán murió sobre una cama de hospital en compañía de Norberto, el único de…
El inconveniente
Ellos no saben del miedo, no saben del hombre insomne de los Cárpatos, del ser de la idea fija. Y pasar la vida…
Con los hilos de fuera
El azar domina los hilos de los que cuelga el destino. No se sabe si es el dedo gordo del pie izquierdo lo…




