Skip to content

Bailemos mujer, bailemos

Bailemos hasta desaparecer entre el humo de esta habitación sin ventanas. Asfixiémonos lentamente mientras esperamos la madrugada,
droguémonos de besos y caricias,
sintamos la humedad de nuestras ganas.

Déjame ser yo quien te haga levitar,
quien te haga cerrar los ojos mientras sonríes.

Olvidémonos de los viejos amores,
quememos los recuerdos con gemidos,
que el silencio se vuelva ruido,
que mi espalda se dibuje de rasguños
y las sábanas se mojen hasta horas tempranas.

Olvidémonos de nosotros al mismo tiempo,
despacito…
yo en tus labios y tú en los míos…

Y busquémonos entonces
en este baile infinito,
donde flotamos
y damos vueltas.

Lleguemos a un acuerdo, tú me lees, yo te escribo.

«Había noches en que todo el mundo estaba como esperando algo y yo me sentía como un nómada fracasado, de esos que van a todas partes sin llegar a ningún lado.»

Escribo «adios» sin acento para que no suene a despedida.

Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Loco

Comodidad

Había decidido mantenerlo en secreto, sin embargo, cada noche me asomaba a la ventana para observarla detenidamente. Y ahí estaba: diminuta y brillante…

No sin ella

Llamada

Nadie escuchó sus pasos apurados bajar la escalera. Nadie imaginó que la joven favorita del pueblo, la más diligente y llena de vida…

Volver arriba