Eran tiempos de mucho vino, muchas drogas y mucha música. Eran tiempos donde tú y yo encontrábamos cualquier razón para robarnos la tranquilidad.
Todo funcionaba mal cuando estaba contigo, y eso se sentía bien.
Tus labios obscuros, tu ropa interior que me provocaba, tu forma de callarme la boca.
Pero todo se fue perdiendo, la música sonaba distinto, las drogas ponían distinto, el vino embriagaba distinto.
Y tus labios obscuros ya eran repugnantes, y tu mirada aniquiladora era una caricatura sin terminar.
Dejaste que el techo de esa casa vieja nos cayera encima. Dejaste tus calzones. Dejaste esos audífonos que sonaban horrible. Dejaste tu olor en todos lados.
Todo funciona mal desde que no estoy contigo, y eso se siente bien.
