Me enseñaron a escribir y a contar desde los tres años con ayuda de naipes, corcholatas de colores y revistas de ciencia.
Mi televisión (de esas grandotas de madera ) no se veía, así que tenía que imaginarme lo que sucedía adentro, ¡oh imaginación!
La poesía es como un sol, adentro, único y salvado: respirar de sus manos amigas, como de pájaros azules que se vuelan por el cráneo, pisar el pasto seco y el aroma acuarela de los mercados, decir con sus jaulas las negras olas desnudas que me toman por el brazo; el sol ondula por encima, como un pálido disco blanco enjuagado. Cuando no trabajo en mi laboratorio me gusta salir a caminar mucho y visitar el océano, ¡ah! y los efectos psicodélicos de las guitarras jaguar.
Me gustan las puertas viejas y vencidas, los paseos sin sentido y el viento en la cara cuando voy en moto. No me gusta cortarme el cabello.
Ilustrador. Ilustrador amateur de tiempo completo.
Bajo una estrella negra
Mi amada que no quiere amarme. Mi vida que no puede amarme. Las seduzco a ambas. —Jack Kerouac Kareli, puerta eterna de Calakmul…
Los dos minutos
Se sienta siempre ahí, en el sillón rojo lejos de la ventana. Es el lugar más cálido de la casa. Ahí puede pensar…
Sorpresa
Llegó a casa y miró detrás del refrigerador. La caja seguía allí, aquella caja que el mago Titus le había pedido que guardara…