Vamos a llorar donde nadie nos vea, a formar charquitos que se escapen por los poros de la tierra.
Vamos a regar con lágrimas todas esas margaritas deshojadas que una tarde te dijeron en secreto que él no te quería.
Vamos a envolvernos en tus cabellos para cubrir la desnudez que te sonroja, y cuando te diga «te quiero» yo esté muy cerquita viendo la mitad de tus lunares y tu pequeñita boca.
Vamos escondiéndonos del frío, entre tu cuerpo y mi aroma. Y con tus brazos bien abiertos me recibas y me digas a los ojos que yo puedo convertirme en tu guarida.
