Cristian Celis
Me enseñaron a escribir y a contar desde los tres años con ayuda de naipes, corcholatas de colores y revistas de ciencia.
Mi televisión (de esas grandotas de madera ) no se veía, así que tenía que imaginarme lo que sucedía adentro, ¡oh imaginación!
La poesía es como un sol, adentro, único y salvado: respirar de sus manos amigas, como de pájaros azules que se vuelan por el cráneo, pisar el pasto seco y el aroma acuarela de los mercados, decir con sus jaulas las negras olas desnudas que me toman por el brazo; el sol ondula por encima, como un pálido disco blanco enjuagado. Cuando no trabajo en mi laboratorio me gusta salir a caminar mucho y visitar el océano, ¡ah! y los efectos psicodélicos de las guitarras jaguar.
Me gustan las puertas viejas y vencidas, los paseos sin sentido y el viento en la cara cuando voy en moto. No me gusta cortarme el cabello.
Al muro en sus labios
En ella vio las mismas sombras, hablaban de los mismos fantasmas. La misma acidez patibularia cada vez que se sentaban a la mesa…
Crisálida
Más que manchas, eran formas simétricas producidas por el doblez del papel a la mitad. A algún listo, de apellido Rorschach, se le…
Fuck U Albert Einstein
A los 70 un infarto llega en una boca, en una vagina, en una sábana sudada, en una tarde de miércoles, en un…
Nuestra Divina Señora de la Sagrada Cuchilla
Divina Señora de la Sagrada Cuchilla, ruega por nosotros. Nunca recé. No rezaba nunca. Pero un día la vi. Apareció en la pared…