Mis manos han vivido más que yo. En ellas deposito mi confianza. ¿Si no fue con manos expertas, con qué?/El demiurgo nos moldeó. Recoges la flor hermosa de temblorosos llantos. Entre tus manos la tomas y alzándola dices: «Se abren los pétalos, dejando al descubierto el núcleo de su majestad flor/Porque confían plenamente en la bondad del sol». Si llegara a picarte una abeja el dedo, ¡muérdetelo! Que no te duela que lo tengas inerte. Tras la parábola del arcoíris corre/Donde los dedos del demiurgo chapotearon alegres para darnos color.
Rebil-Coret
Escritor. Se dedica actualmente a hacer sándwiches con el cubre y porta objetos. En el laboratorio analiza muestras de su propia saliva para observar paisajes que luego describe literariamente.
Aldama 405
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No soy príncipe de nada. Poseo dos ojos, a veces he poseído algo de tierra, algo de semillas. ¡Qué felicidad! A nadie tendré…
¡Viva la moda!
No eran muy diferentes los desfiles de moda entre el planeta Tierra y el llamado Belenoide… los mismos espectadores, medio interesados y medio…
El lugar de dios
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