Skip to content

No somos nada

Estas últimas semanas he estado redescubriendo a Tons on Tails, se han convertido en mi grupo favorito del momento. Recordaba un par de canciones de ellos de los ochenta que me gustan mucho porque siempre la ponían en el Tutti y en las fiestas darks a las que iba, pero ahora que me he puesto a escuchar de nuevo sus discos con más atención me gustan mucho más.

¿O será la marihuana?, ¿el maldito lunes?, ¿será el no poder ver qué es lo que nos depara el destino?, ¿será la falta de Tafil?, ¿este hueco que siento aquí?

No es posible que no aparezca un solo disco o una canción de Tons on Tails en todo el catálogo de iTunes para comprar. Es una mierda. ¿Soy el único que lo odia?

No somos nada.

 

Loading
Escritor. No sé tocar ni un instrumento pero una vez tuve un grupo llamado Karaoke Vox. No tocábamos, sólo hacíamos entrevistas y conciertos falsos. Nuestro mayor éxito fue salir en la revista ERES como grupo emergente revelación de 1999. Tiempo después nos separamos, fue entonces cuando comencé a escribir. Primero poemas, luego historias cortas y ahora novelas. Tengo 2 libros publicados hasta ahora: “Yo no soy DJ” (2002) y “Arnold Sucheneyers o como se escriba en China pero en Nueva York” (2010). Yo los llamo collage literarios. Ambos incluyen un diario electrónico sobre mi vida que retrata ciertos momentos con los que todos nos relacionamos, a veces de forma irónica, otras de forma más cruda. Soy fan de los hot dogs, de Nueva York, de Richie Hawtin, de Andy Warhol y de The Cure. Odio esperar, el tráfico y el hígado. Actualmente trabajo en Centro de Diseño, Cine y Televisión, escribo en el semanario cultural Frente donde tengo una columna quincenal llamada “Soy un Fracasado”, pongo discos con Los Hechiceros de vez en cuando y estoy llevando acabo el reto Bonafont a partir de hoy.
Ilustradora. Experta en llegar a casa sin dobladillo, hacerla de pepenador y mantener todo en absoluto desorden. “La Muñeca” (mote familiar que ganó al nacer por su tamaño convenientemente particular), se inclina por las artes gracias a los monos de perfil con grandes narices de su padre y a la famosa “libreta roja” de recortes y canciones su madre. Su incapacidad de recrear lo real nace a partir del “Alacrán, cran, cran” cuando, en lugar de una imagen, su madre pega uno real… Hace ilustraciones para revistas, libros para niños y de vez en cuando una que otra escultura con chicle o tela.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

En la mitad de la plaza

Confianza

En la mitad de la plaza de una ciudad que parece desierto, se despierta con un niño en el regazo. Hace un esfuerzo…

Volver arriba