Me enseñaron a escribir y a contar desde los tres años con ayuda de naipes, corcholatas de colores y revistas de ciencia. Mi televisión (de esas grandotas de madera ) no se veía, así que tenía que imaginarme lo que sucedía adentro, ¡oh imaginación! La poesía es como un sol, adentro, único y salvado: respirar de sus manos amigas, como de pájaros azules que se vuelan por el cráneo, pisar el pasto seco y el aroma acuarela de los mercados, decir con sus jaulas las negras olas desnudas que me toman por el brazo; el sol ondula por encima, como un pálido disco blanco enjuagado. Cuando no trabajo en mi laboratorio me gusta salir a caminar mucho y visitar el océano, ¡ah! y los efectos psicodélicos de las guitarras jaguar. Me gustan las puertas viejas y vencidas, los paseos sin sentido y el viento en la cara cuando voy en moto. No me gusta cortarme el cabello.
Underground
Son las diez de la mañana, está nublado y llueve. Yo sigo aquí, pensando que no vale la pena levantarme. Siempre pienso lo…
Por Leonora Alonso y Yelikat
Amada madre y esposa
Quisiera caminar una vez más bajo la lluvia, tiritar de frío, desnudarme al llegar a la casa y tomarme un té caliente. Sentir…
Por Ajo Kano y Ixchel Estrada
Retroceder
«Se renta». Detuve mis pasos frente aquel edificio sobre Reforma. Ventanas amplias y, sobre todo, elevador. Luego de saber el bajo costo de…
Por Arianna BN y Pili Aguado