Señor de esta tierra herida/ llegamos hasta ti con la mirada sucia de cenizas/ y nublada de tanto desconsuelo/ de no encontrar sino el espíritu herido de tanto golpe/ de tanta infamia
Haz que la justicia/ tenga la misma estatura que nuestra rabia/ que este dolor indecible/ porque no puede seguir este desahucio/ ni esta drástica ausencia de sueños/ sepultados con la indiferencia/ de manos blanqueadas y vista gorda
Son varios/ pero siempre son más de los que caben en las listas/ y las fosas son más profundas que la memoria/ adentro habitan nombres de los que no sabemos nada/cubiertos de inerte oscuridad
Y a aquellos que blandieron el cuchillo/ que encendieron el fuego/ y dispararon/ esos/ que no tengan calma/ que sus hijos se llenen del mismo coraje que estos padres/ que buscan debajo de las piedras/ entre las raíces del tamarindo/ cualquier rastro de consuelo
Ya no queremos esta herida abierta/ queremos recuperar esta tierra que es nuestra/ y nos arrebatan de las manos/ queremos que no falte nadie/ y poder comer del maíz que hemos sembrado
Por eso haz que esta justicia/ necesaria/ tenga la misma/ inmensa/ estatura maldita de nuestra rabia