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Rayuela

…de la Tierra al Cielo. ¡Qué camino, pesado ascenso! Pensaba que el piolet era imprescindible, ahora me doy cuenta de que un paracaídas lo es igualmente.

A veces, preferiría la tiza. Plum, en una ojeada, ya había llegado al fin, a ese azul diáfano y transparente; ardía a salvo en la luz, y para mi sueño no había noche, alumbrado por la lámpara. Pero Tiempo pasa, corre en línea recta, su flecha es inclemente, su caminar enérgico, sabe bien a dónde va. Yo no lo sé, antes era sencillo, mis pasos seguían uno dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve FIN… ¡Cielo!

Uno dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve… Los brincos tenían sentido, cada paso tras la piedra.

Ahora ya no sé… he girado ya tanto, que la brújula vacila. No resuelvo aún qué será más útil: si el piolet o el paracaídas. Creo que no resistiré más a la caída, lo soltaré.

No he dejado la Tierra, creyendo Cielo; ella está en el principio y en el fin, quizá en el principio del movimiento esté no querer ir más allá. La paciencia de troncos es tenaz. Espero que los hilos desmadejen el laberinto de la conquista y que recorriendo la trama vegetal, mi rostro anudado aliente ligero.

 

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Escritor. Sirocco es una agitación, un temblor, viene del desierto y de la mar. Susurra su camino al oído de la arena, allí deja su huella y presagia vida, pues en su camino respira el agua y le regala oleaje. Sirocco es movimiento, grito del silencio, fértil aridez que acoge las voces de todo, animado con su aliento. Así la tinta, como Sirocco en la arena, deja rastro. Sirocco un viento marino que escribe en el papel de las aguas, revela los trazos de la vitalidad, esa sorpresa del ojo ante el resplandor del rayo que penetra la espesura de la tormenta de arena; recuerda que hay que respirar, detenerse, ver y sentir, para seguir… Con la tinta, el barco ancla, se detiene en la mar, y llega a la luz el fondo; a veces, el surco sacude como un temblor y con la fuerza de un naufragio lleva a profundidades oscuras, donde habitan desconocidos seres marinos, terribles e inmemoriales. Sirocco es un nombre para la escritura de agua y arena, un nombre para ese rumor de trazos, en el sendero de la ventisca; Ella es un modo de conciencia, un caudal de sensación que se hace imagen. Por Él, ese viento del desierto, la arena se humedece de sal y la tierra transfigura semillas: magia alquímica, de metamorfosis y transmutaciones.
Ilustradora. Silvana Ávila, aka Miss Tutsi Pop, no es una cosa ni una categoría, al parecer es un verbo, un proceso en evolución, una función integral del universo.
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