El pasto entre los dedos de mis patas, la luna llena que me iluminaba y el ajetreo cotidiano de mi vida silvestre me hicieron olvidarte.
Convivir y formar parte de una especie distinta a la que pertenecí en aquel tiempo, cuando nos conocimos, cambió la perspectiva de mi vida pasada, como un humano. Sé que rompí la promesa de buscarte y me dejé llevar por el instinto que me rige; pero hoy todo será distinto, desperté con la ansiedad de reencontrarnos, de mirarte de frente y contener mis ganas de comerte.
La reencarnación me hizo olvidar los sentimientos que tenía por ti. La oscuridad que vive en mis pensamientos me absorbe ahora, pero sé que al final de esta cueva nos encontraremos y nuestro corazón se unirá sin importar el tiempo o la especie. No olvides mis ojos, no temas.
