Saltear al contenido principal

Sepultura

En mi memoria sigue Martha

Todavía conservo tu imagen, la de encontrarte entubada con los ojos cerrados. Esa noche me dijeron que me despidiera de ti, tomé una de tus manos y la acaricié con suavidad. Me dediqué a memorizar todos los pliegues de su dorso mientras te contemplaba. Me transferí tu calidez, me grabé tu tacto. No es que le temiera a la palabra adiós, pero tus dedos y sus días vividos… Tenía catorce años cuando te vaciaron en una urna y no recuerdo la última vez cuando te visité.

Nunca se trató de los días en los que ya no te abrazaría ni platicaríamos, pero la urna… Hay días en los que te pienso y te imagino como una montaña y el otoño y una canción (la que siempre tarareabas).

Si existiera una posibilidad de que a los nichos los circundaran las abejas, de que tus cenizas hayan sido tomadas, una a una, por una colmena…

A lo mejor. Quizás.

Y serías pétalos, tallos, corola.

Los eventos improbables de la polinización; los reales materializados en un sepulcro. Sigues encerrada. Verdad. Y nosotros, los que quedamos, te perpetuamos con silencio.

Loading
Escritora. Cafeinómana, observadora, insomne. De ser trapecista caminaría todo el tiempo por las orillas.
Ilustrador. Me gusta caminar, observar atento, hablar y hablar y hablar, la palidez del otoño y sus colores en el aire, el olor del café y los rincones vacíos.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Los matices de la pena

Error

Amanece en color sentencia de muerte: oliendo a madre agonizante de aflicción y familia y amigos avergonzados. Quedó por ahí, una noche rancia…

No mentirás

Esperanza

Mientras usted se quita el abrigo y deja a un lado su paraguas, le doy la bienvenida a este templo. Verá, el templo…

Volver arriba