En una vida anterior fui encargada de un videoclub en Ciudad Juárez, actriz de teatro: bolero, ángel, diabla, preciosa ridícula, cantante, abogada, mujer fatal, vividora, loca, desahuciada, princesa, bruja, rata bailarina, niña, niño, tortuga, anciana…; modelo, ayudante de un mago y faquir, vendedora de amuletos cósmicos en ferias del pueblo, vendedora de tiempos compartidos, asistente de un psiquiatra bebedor, mesera con escote amplio, telefonista de call-center, paseadora de perros, guionista, correctora de estilo, redactora publicitaria y estratega de contenidos web. Ahora vivo reencarnada en mí.
Ilustradora. Fragmentando ideas, recorriendo el mapa interior. Jugando con las posibilidades de los espacios en blanco.
Diferencias geográficas
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De hombres lobo, mujeres y otros mitos
A Raymunda le habían dicho que las mujeres no podían ser otra cosa más que eso, mujeres, y que su deber era quedarse…