Skip to content

Voracidad

Abrázame la noche, muérdeme las llagas y los pezones, trágate mi corazón a bocados, Loba, clava tu diente ruborizado en el hombro izquierdo, en el arcano prohibido de una profecía cualquiera.

Mastícame, Loba, y déjame besar la hendidura auroleada por tus nalgas.

Soñé de nuevo contigo; soñé que en la calle, de reojo, nos miraban las buenas costumbres mientras nosotras nos batíamos en esta encrispación de carne viva. Nosotras, todo alas, todo tierra prometida y fruto de discordia, envueltas en un pelambre de deseos.

Quiero ver aquella furia dormida en la madriguera de tu mirada, quiero despertarla.

Tócame, Loba, trágame entera, quiero ser aquel sacrificio que tus fauces merecen, quiero morir y regalarme a ti.

Bébeme, alimenta tu ansiedad distante, Loba. Sacia esta voracidad de mi cuerpo con la bestia que somos.

 

Loading
Escritor. Estudió Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. Obtuvo el premio José Emilio Pacheco, en el área de poesía, así como la beca Edmundo Valadés para publicaciones independientes, en 2004, 2005 y 2009. Actualmente es editor de la gaceta de literatura y gráfica Literal, y de sus distintas colecciones.
Ilustrador.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Mañana

Futuro

Así será mañana, después de recibir tu costilla. Será justo cuando termine de preparar el pan y la mesa esté lista. Ahí, entre…

Volver arriba