Skip to content

Ante el banquete

Sé mi Salomé. Arrópame. Baila y bebe y susurra mi nombre mientras inscribo tu nombre en el nombre de todas las flores. Te daré todas las cabezas, te haré reina de mil coronas, tendrás caprichos que no han encontrado nido en corazón alguno, te daré sueños que un profeta no vislumbra. Te sentarás en éste, mi imperio; amasaré un pueblo que te adore a mis pies. Serás la espuma que nunca muere en la playa: cada grano de tus recuerdos ya es memoria en todo.

Tendrás todo, mi Salomé. Incluso te daré tu sangre de vuelta.

Loading
Escritor. Lugar común: perfil obsesivo compulsivo, pero es cierto y útil en producción editorial. Editor, traductor, corrector de estilo.
Suele dibujar situaciones autobiográficas y momentos sensibles e imaginarios que la han llevado a tener un mundo paralelo. Ama el arte en cada una de sus expresiones y a los que viven para crear.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

El mal

Llamada

El cielo iluminó el pastizal y un soplo trajo un sabor a madera. Los sentí acercarse uno a uno, sus ojos encendidos y…

Lluvias de agosto

Comodidad

Flota sobre el agua la flor, y río abajo la tarde desciende mañana los árboles silbarán en el incendio, ¿o será otra apacible…

Espérame, Esperancita

Incertidumbre

Espérame, Esperancita, que no tardo. Salí esta mañana convencido de que el día sería corto. Sólo tengo un par de citas en la…

Volver arriba