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Capilaridad

Despierta la noche, con el brillo
que enceguece en un parpadeo
el resplandor de tus cabellos, grietas en elmármol
escurriendo elixir, destilan agua de mi cuerpo
se disuelve en la marea de sediento desierto.

Fulgurantes raíces velan mis ojos, los dedos
juegan con la penumbra
se aferran
se cierran
apresan
sin asir las fibras de tu deseo, latidos capilares
fracturan las marmóreas fronteras
de aposentos interiores.

Guías al corazón del recuerdo, hilos de imágenes
llevan a tu aurífera presencia, tus senos
y muslos, purificados por el agua corriente que resbala
nace la noche blanca de tus raíces que desvelan
el soterrado y recóndito sueño.

Descenso a los misterios subterráneos, telúrico erotismo
conmociona los límites, estalla la morada del alma
y tiemblan los muros de mármol:
a naufragar.

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Escritor. Sirocco es una agitación, un temblor, viene del desierto y de la mar. Susurra su camino al oído de la arena, allí deja su huella y presagia vida, pues en su camino respira el agua y le regala oleaje. Sirocco es movimiento, grito del silencio, fértil aridez que acoge las voces de todo, animado con su aliento. Así la tinta, como Sirocco en la arena, deja rastro. Sirocco un viento marino que escribe en el papel de las aguas, revela los trazos de la vitalidad, esa sorpresa del ojo ante el resplandor del rayo que penetra la espesura de la tormenta de arena; recuerda que hay que respirar, detenerse, ver y sentir, para seguir… Con la tinta, el barco ancla, se detiene en la mar, y llega a la luz el fondo; a veces, el surco sacude como un temblor y con la fuerza de un naufragio lleva a profundidades oscuras, donde habitan desconocidos seres marinos, terribles e inmemoriales. Sirocco es un nombre para la escritura de agua y arena, un nombre para ese rumor de trazos, en el sendero de la ventisca; Ella es un modo de conciencia, un caudal de sensación que se hace imagen. Por Él, ese viento del desierto, la arena se humedece de sal y la tierra transfigura semillas: magia alquímica, de metamorfosis y transmutaciones.
Ilustradora. Gotas de colores caen, poco a poco anuncian dónde te ocultarás, dejan el dulce ácido de un camino que me hará llegar.
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