Nacimos el mismo día, año, y hasta compartimos la sala de hospital.
Usamos los mismos tenis, vamos a los mismos conciertos, nos gustan el cabello largo y los libros de Galeano.
Preferimos el Día de Muertos a la Navidad, viajamos con gusto al mar e incluso disfrutamos el camino que nos lleva a él.
Compartimos nuestras vidas como desconocidos por haber coincidido en nuestro origen.