De tu semblante no sé nada. Yo sólo te he venido siguiendo…justo por eso. Vaya, vaya… Aún hay tiempo. No sé qué pasó. Perdóname. De pronto ese promontorio que llevas por espalda me pareció cada kilómetro más siniestro.¿Y si escucharas mis pensamientos? En mi mente está el puñal. ¿Puedes verlo? Ya ni siquiera me atrevo a preguntar nada por temor a que vuelvas el rostro. Qué macabro que el demonio queme en el carbón sus dientes con el cayado. ¿Por qué no mejor mañana caminas de espaldas? Hagamos la prueba. Tendrás que verme a los ojos; quiero verte creer en ti. Porque si no has de confiarciegamente en tus pasos, ¿cómo podría alguien más ir en pos de los tuyos?
Rebil-Coret
Escritor. Se dedica actualmente a hacer sándwiches con el cubre y porta objetos. En el laboratorio analiza muestras de su propia saliva para observar paisajes que luego describe literariamente.
Impermanencia
Escribo de lo que no es aún, mientras el ayer queda cautivo en la lágrima incipiente de todos los días muertos. Pienso en…
Desdoblamiento
De aquí nace una estrella. La más roja, la más incandescente y pura. Aquí en la soledad y la locura, donde nada existe…
Un soplo
Ya no recuerdo por qué suspiro, sólo sé que lo hago todo el tiempo, porque me enamoro, porque odio, porque no como o…




