Ella lo sabe. Me ha visto sobre la barda de su casa desde hace ya unas semanas. Ella sabe que la escucho, ella sabe que la huelo. Por eso su ropa está al revés. Por eso se arma con cruces. Por eso araña el monte. Por eso todos los días busca, escarba. Para robarme los ojos, para impedir que yo siga siendo este escalofrío que traspasa su ventana.
Ella sabe que en cualquier momento perforaré su noche.