Al filo de la realidad
y un poco meada en los calzones
la tierra oscura me devuelve al terror,
me corto poco a poco con el filo de la realidad.
Debajo de un árbol, ella googlea: «al filo»… al filo de la ley, al filo de la mentira, al filo de lo imposible, al filo de la muerte y, por fin, al filo de la realidad, que, a su parecer, era la definición más cercana a esa tardecita de bosque y ácidos que poco a poco llegaba a su fin, atardecer morado y todo, risas soleadas, pelo al viento, bufandas y gafas fantásticas, fotos queso vino y cigarrillos sensuales, y como clausura de la tarde al filo de la navaja se abría su estomaguito.