La mosca de la fruta vive sólo un día. Estas mosquitas no vuelan en círculos, vuelan en frutas, sobre las manzanas y en espera de que los duraznos se revienten para beberles el jugo. Sólo un día, un largo día para descender por los aires hasta las peras o las uvas. La intemperie les facilita el trabajo y el calor les endulza su entibiada presa. Es igual que el paseo de la melanina abandonando el pelo pero en un día, sin canas ni cambios. La paciencia de la mosca de la fruta la deja inmutada, perfecta, pequeña, negra, insectita.
La fruta magullada les hace tanto bien. Demasiado dulces por maduras; es esa extraña edad de la fruta en la que de tan vieja se cae del árbol para morir. Pero la mosquita pesca la fruta, como si se aferrara a una esencia etérea de la naturaleza, y come de ella. Azúcar madura que le da vida a la mosca por lo que muere en un día. Azúcar miel de mosca fruta podrida. Y muere en un día, después de la dulzura muerta de la fruta, la mosca.