Ella: Es tan común pelearnos, que hasta me aburre pensar que a veces te odio.
Él: Sabías que tarde o temprano nos aburriríamos hasta del odio.
Ella: ¿Entonces qué sigue?
Él: Asesinarnos, aunque signifique el final del juego.
Ella: Bueno, creo que vale la pena.