Skip to content

Partículas de ausencias

En realidad, eso que llamamos vacío no existe. Todo se encuentra invadido por pequeñas partículas como protones, neutrones, electrones, bosones de Higss y una infinidad de pedacería molecular que aún no conocemos y que quizás nunca lleguemos a conocer.

Es increíble que esa polvadera microscópica forme lo que conocemos, desde la más pequeña mota de polvo hasta todo lo insondable que seguramente habita en los abismos submarinos. Podemos decir en términos generales que somos iguales a todos y a todo; quizás sea esta la principal premisa a la que hacen referencia la mayoría de las religiones cuando dicen que Dios habita cada resquicio de la existencia y de lo que existe, quizás el verdadero Dios sean todas estas partículas que jamás veremos pero que sabemos que están ahí. El creer en algo que no podemos ver pero que intuimos que ahí está es el mayor acto de fe del que es capaz el ser humano.

Partiendo de esto, llego a la conclusión de que realmente no te has ido, porque has dejado tus partículas impregnadas en cada objeto que tocaste. Después de mucho pensarlo me doy cuenta que no te extraño, porque aunque hayas dicho que no tenemos nada en común descubro que realmente somos iguales porque estamos hechos de la misma materia.

Quisiera ser por momentos un hoyo negro, entonces sentiría tu vacío en todo su esplendor y tendría motivos para llorar tu ausencia. Pudiera lamentarme y reprocharme por la estupidez que hizo que te marcharas. Entre eso y saber que todo este espacio lo llenas sin estar, prefiero la certeza de saberte ausente.

Loading
Escritor. Es padre de una pulga atómica y huérfano de un niño que era demasiado bueno para estar en este mundo. Ateo por convicción y no por moda a pesar de la insistencia de el Diablo por acercarse a Dios, consumidor compulsivo de música y lector voraz por temporadas. Actor truncado convertido en pseudo-cinéfilo que evita las películas sin contenido, disfruta de las comedias ácidas y rehúye el cine gore. También disfruta de aquellas comedias románticas en las que todos son felices por siempre jamás (iluso). Tiene noches de insomnio involuntario, sobre todo cuando el peso de la vida le parece excesivo para llevarlo sobre sus hombros. Paciente rebelde que tiene miedo de tomarse las pastillas (cree que pueden volverle una persona cuerda). Rockstar frustrado, y escritor que vierte lo que piensa y siente en cualquier papel que se le ponga enfrente. Si les interesa conocerlo, amarlo, odiarlo, despreciarlo, etiquetarlo, felicitarlo o consumirlo, sólo tienen que leerlo.
Ilustradora. Experta en llegar a casa sin dobladillo, hacerla de pepenador y mantener todo en absoluto desorden. “La Muñeca” (mote familiar que ganó al nacer por su tamaño convenientemente particular), se inclina por las artes gracias a los monos de perfil con grandes narices de su padre y a la famosa “libreta roja” de recortes y canciones su madre. Su incapacidad de recrear lo real nace a partir del “Alacrán, cran, cran” cuando, en lugar de una imagen, su madre pega uno real… Hace ilustraciones para revistas, libros para niños y de vez en cuando una que otra escultura con chicle o tela.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Triste deseo

Espíritu

Eras un ángel hermoso, eterno, alado de nubes plateadas y del amor de un dios que sólo quería para ti la libertad. Pero…

Volver arriba