Los tiempos modernos han cambiado la perspectiva de un milagro. Ahora cualquiera con un poco de calma podría ser canonizado, basta con darse tiempo.
Tiempo para valorar el abrir los ojos y seguir en cama, sin que nada catastrófico invada tu calma.
Calma que te ofrece el clima, que aunque frío o caliente te permite salir de casa sin que ningún misil o bomba perpetre tu entorno.
Entorno que no valoras todos los días por estar ensimismado con la queja cotidiana, que cambiaría tan solo te detuvieras un poco, miraras al cielo, buscaras figuras en las nubes, sonrieras al que camina a tu lado que, conocido o no, espera que alguien le otorgue una mirada para sentirse divino.