Skip to content

Time

A los 18 años supe qué es el tiempo. Mi madre esperó a ese día porque si hubiera sido antes no lo hubiera entendido. Me dijo que ese secreto iba a ser mi regalo, y sin mayor preámbulo puso play. Entonces, el tiempo fue una sorpresa; la alarma de un reloj viejo al que le laten las manecillas, un aviso violento que anuncia que algo grande va a pasar, una sístole y diástole de metal gritando, un cerebro transformado en campanario, un metrónomo. Fue un sonido sutil de batería, un tendón grave en clave de sol, unos piececitos caminando sobre un teclado de latón, una guitarra.

Ticking away the moments that make up a dull day… El diálogo entre lo que ya era el tiempo y yo. El tiempo hablando sobre el desperdicio y uso de las horas, de la ansiedad tan cotidiana que nos hace felices, la incertidumbre del presente y la desidia por cambiar. Así, hasta que te enteras de que tienes 10 años sobre la espalda y llegaste tarde a todo.

Después la guitarra diciendo que el tiempo es una travesura, una moneda al aire, una rebanada de fruta, una buena cena, la tortura en una pileta, un animal dentro de una tómbola, el tráfico adicto a los minutos, una borrachera.

Lo demás era lo que ahora sé. Que el tiempo no espera, que es inalcanzable, que cada día dura menos, The sun is the same in a relative way but you´re older, que la infancia es la madre del tiempo y las obsesiones.

—Disfruta la vida, hijo, porque la canción se acaba. El tiempo dura 7:04 minutos, ni más ni menos.

Loading
Escritor. Editor y librólogo de lunes a domingo, trabajo desde el balconcito de mi casa, al lado de las dueñas de mis quincenas. Escucho música todo el día y como a mis horas. No me gustan las mascotas que puedan dejar pelos.
Ilustradora. Erika Posada, aka e.M.a. Publicista, diseñadora gráfica, ilustradora, freelance, libra, adoradora del sol, amante empedernida de los felinos y adicta al sonido que genera el aplastar hojitas y vainas secas en la calle.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Las ajenas

Pena

Tú que te crees el más intelectual de tu círculo de amigos. Ese que no se fija en las banalidades del cuerpo humano…

Comida para gato

Grasa

Desayunábamos tranquilos cuando Camilo empezó a regañarme porque me había gastado los 500 pesos que me dio para comprar pan. En ese momento…

En.gañnas

Comodidad

Fue la primera y única vez que salimos. Luego de saludarte quise irme, dejarte ahí y decirte que las fotos te hacen justicia;…

Volver arriba