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Abuelo

Soy el acreedor del último suspiro de mi abuelo.

En la habitación ronca, en la afónica penumbra, dos tías porcelanosas que olían a lágrima falsa y tintos mal digeridos, me dirigen con seis trémulos años hacia el abuelo estentóreo que a duras penas fluye, que tose remordimientos y sabe que no verá nada más que ese techo y que me agarra fuerte del brazo, con esos dedos óseos y angustiados y me dice mijo, nunca le digas a nadie esto.

 

Escritor/Ilustrador.
Diseñador gráfico alma vendida, hedonista de bolsillo vacío, activista de la pereza y los vicios solitarios, nacido en tierra de nadie Santiago de Cali, prosperó en la vida alegre y fue criado en modo experimental, casi como un hámster de ritmos tropicales, con la ternura y los dientes necesarios para dar un par de puñaladas de cariño y el justo pelito afelpado de la embriaguez.

Cree que el juicio es una trampa, la cerveza es una dicha y el humor confunde al tiempo; cree que el dinero es para los amigos, los genitales para el viento tibio y un vaso de licor con hielos para mantener el equilibrio en cualquier ocasión que valga la pena.

Dibuja desde siempre, con disciplina de borracho -tinta y mugre- y nunca termina nada, no sabe de finales ni de principios ni de la ciencia exacta del éxito. Pero sabe caminar por ahí, encontrando compinches que han iluminado las vueltas de su vida, y le escuchan sus teorías de viejo impertinente, iconoclasta y prostático, a cambio del poco tiempo que nos queda.

Amén.

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