Gojira
– De este lado puede quedar la torre de investigación: según el estudio de suelos, resiste un terremoto de hasta nueve grados. –¿Los cinco pisos?…
«Yo por mi parte me sostengo de los aparadores que son como goteras luminosas que electrizan mis insomnes pupilas y que ayudan a mirar con mayor sobriedad las cicatrices de los edificios.»
– De este lado puede quedar la torre de investigación: según el estudio de suelos, resiste un terremoto de hasta nueve grados. –¿Los cinco pisos?…
Los primeros testigos aseguraban haber mirado una luz que resplandecía tanto, que prácticamente hacía imposible ver algo más que la misma luz; en términos prácticos…
El Tejedor de Almas era un ángel demasiado alto, poco luminoso, translúcido, de mirada vaga aunque de dedos precisos. No las hacía en serie, después…
De esos trayectos interminables recuerdo el olor a hierba y cebolla. Ese olor que me abría los ojos de golpe para por fin despertar. Antes…
A la entrepierna de Karina la han llamado de mil formas. Detrás de un escritorio, entre filas de butacas, sobre inodoros públicos o en casi…
Siempre que estoy inmersa en la rutina busco la manera de abordar un avión para verte a ti, a todos. La urbe asfixiante me incita…
¿Cuándo es demasiado honda la tierra? ¿la tersa mano de la demolición?, el ojo adormecido por las afasias y el pájaro equivocado que entra por…
Sus avenidas eran rectas y perfectamente paralelas, a vuelo de pájaro parecía un dibujo de maqueta perfecta y milimétricamente trazado. Al este y hacia las…
Mientras camino por la banqueta me doy cuenta de que alguien me sigue. Trato de aflojar el auricular que traigo puesto (siempre el izquierdo para…
El DF no es una ciudad hoguera, aunque por las noches se alumbre a sí misma con la refulgente cualidad del fuego. Es más bien…
Me quité la camisa más temprano hoy. Sólo quería llegar a casa y empezar a descansar del maldito día, de sus estúpidas horas corriendo una…
Cuando se fue a vivir a aquella ciudad perdió la confianza en la gente: las mentiras eran más difíciles de detectar, las promesas rotas eran…
Prisioneros ilusos de esta selva cotidiana: México. Clavamos las huellas quemadas del Cuauhtémoc no blanco sino negro que llevamos dentro. Y navegamos ciegos, sordos, sucios,…
Imagino que el sol se está pudriendo dorado y silvestre arriba de nuestras cabezas, habla de mi interior mejor que cualquier brujo. Aterriza sobre los…
Es una perra, pero cuando estoy puesto, la pinche perra se echa junto a mí a lamerme las patas. No es que yo quiera, es…
Ésta eres tú, mi tierra. Eres lo último que me queda entre mis dos fronteras de cielo y de mar. Eres algunos árboles valientes que…
En esta torre está tu abuela, tejiendo todavía esa bufanda que te prometió cuando tenías cuatro años y que ya de tan larga podría pender…
Algo faltaba en su ventana. No, no eran las flores marchitas de la cuna de Moisés, tampoco eran las persianas. En su lugar habían retazos…
Un chamán fuma una especie de pipa. Volutas pronunciadas y grises salen de ésta. El individuo levita sobre la ciudad. Por la espalda lleva una…
Eran otros tiempos, o quizá fue que yo era otra; ser vivo entre los vivos, llama fatua queriendo vivir a costa de lo que fuera.…
Tráfico, edificios altísimos, smog y ese tono gris casi imperceptible pero inequívoco que caracteriza a las grandes urbes. Ahí estaba el hombre, a las afueras…
I. Últimamente discutíamos por todo. Hablábamos de nada. Nos contábamos una y otra vez aquellos pasos mal dados, las vueltas a una cuadra por la…
Guáchate nomás cómo se topa el barrio desde arriba. A todo dar. Malo que no semos águilas para vidiar a las vecinas arreglarse, los oclayos…
Se detuvo junto a la ventana de mi carro sólo para recitarme un poema. Así, sin conocerme siquiera, empezó a hablar sobre una rana que…
Piensa que debió haberse adueñado de la ciudad cuando tuvo la oportunidad, pero ahora ya es demasiado tarde. La ciudad flota a cientos de metros…
Se entendieron en el primer instante, ese que pasa cuando los dedos se entrelazan. Se llenaron de ciudad en los labios. Se caminaron en los…
El monstruo devorador de ciudades despertaba cada mil años y se tardaba otros mil en devorarlas por completo. No era grande, era del tamaño de…
Todas las noches salgo a caminar desnudo, con los pies helados que van dejando huellas de sangre sobre el asfalto de lija. En alguno de…